No me malinterpreten, adoro los segundos planos, desde ellos siempre se puede saltar al centro de la escena; hacerlo al revés resulta más doloroso, puedo decirlo por experiencia propia; quizá por eso sea más gratificante volver de entre las sombras hacia el centro, aunque esos retornos sean lentos o parezcan estancados, es quizá esa la mejor parte, cuando los que siguen en el centro o han logrado mantenerse en él debido al vacio de poder, piensan que nada puede tirarlos abajo ahora. Te miran desde esa luz con la ilusoria certeza de quien se cree vencedor eterno, sin recordar que miran en la oscuridad al que tuvo lo que ellos ostentan ahora, creen poder permanecer perpetuamente en esa posición; cegados precisamente por el lugar que ocupan, cometiendo el gravísimo error de dejarse deslumbrar por esa luz, quedando a merced de las sombras, sombras que un dia fueron luz y que volverán a serlo, luces que fueron sombras y que volverán también a serlo cuando la rueda vuelva a girar.
Porque ni el foco arroja tanta luminosidad ni en la oscuridad todo es tan lúgubre. Cuestión de perspectivas, cuestión de tiempo, todo es cuestión de cuestionarselo aunque a veces es mejor pasar a la acción.
oda a los caídos, lenta pero inexorable repatriación de los exiliados
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